VARISCA, LA ROCA PARLANTE:
Hola Yolanda:
Me
llamo Varisca y digamos, que ya no
soy precisamente una muchachita. En primer lugar quería agradecerte que vengas
de vez en cuando a visitarme y a darme un poco de conversación. Y aunque ahora
me veas con la cara muy arrugada, en tiempos yo también fui una adolescente; al
igual que los chicos con los que sueles venir.
Hace
millones de años éramos jóvenes y estábamos decididas "a comernos el
mundo". Formábamos parte de una enorme cordillera montañosa que se extendía
desde donde hoy están Los Apalaches hasta donde actualmente se encuentra el
Himalaya. Eran tiempos de gloria y esta única cordillera llegó a tener picos de
hasta 8.000 metros de altitud: la Cordillera
Hercínica o Varisca (como mi
nombre).
Pero
"tempus fugit" para todos por igual y poco a poco nos fuimos
desgastando hasta desaparecer como montañas y pasamos a formar parte de una
gran llanura arrasada. Y no solo eso, sino que quedamos sumergidas bajo las
aguas del mar a 4.000 metros de profundidad.
A esas
profundidades se dan una serie de procesos internos de la Tierra; unas altísimas
temperaturas que encima nos sometieron a unas grandes presiones y así es como
nos transformamos: nos metamorfizamos y por lo tanto se nos llama rocas metamórficas.
Pero la
historia de la Tierra está llena de largos momentos convulsos, alternados con
otros períodos más largos todavía de calma y de desgaste.
Y así
es como volvieron a nacer unas nuevas montañas; una nueva cordillera aunque de
dimensiones mucho más modestas. Y de debajo de las profundidades marinas
volvimos a ascender de nuevo a las alturas de estas nuevas montañas nacidas con
la Orogenia Alpina. Lo único que ahora somos rocas metamorfizadas tras nuestra
etapa subacuática. Por cierto, nos llaman “cuarcitas armoricanas”.
Pero
una orogenia desgasta mucho a unos cuerpos ya castigados por la edad. Cuando se
levantan las montañas, estas se pliegan como acordeones. Pero como una ya tiene
sus añitos, esta nueva orogenia fracturó los antiguos pliegues en bloques. De
hecho, yo formo parte de un antiguo pliegue ya fracturado.
Si lo
miramos a grandes rasgos, la nueva orogenia nos fracturó en grandes bloques y
unos bloques quedaron levantados formando sierras o anticlinales (las Sierras
del Ocejón-Las Piquerinas-Alto Rey) y otros bloques quedaron hundidos formando
fosas tectónicas o sinclinales (las depresiones de Campillo de Ranas y de Hiendelaencina).
En
estas sierras levantadas hay una línea norte-sur de antiguos pliegues
fracturados. Dicen que nuestro relieve es del tipo “apalachense”; con una
sucesión de crestas cuarcíticas que forman de manera escalonada antiguos
pliegues en acordeón fracturados de dirección Norte-Sur.
Desde
la orilla del Sorbe donde ahora nos encontramos, hasta la misma cumbre del
Ocejón, todo son antiguos pliegues escalonados. Por ejemplo Peñas Rubias, que lo tengo tan cerquita,
es un fragmento de un antiguo plegamiento.
Por
cierto, que me hace gracia este joven y galante río llamado Sorbe. Como buen
joven del cuaternario es atrevido y se ha buscado su camino a través de una línea
de fractura; una línea que separa dos importantes bloques estructurales: el
bloque levantado del Ocejón y el bloque hundido de Hiendelaencina.
Y aquí
me tienes...muy vieja pero contenta de tantas vivencias y tantas cosas que he
visto. Tengo hermanas repartidas por muchas partes de la Tierra y todas nos
sentimos muy orgullosas de formar unos relieves tan llamativos y de vivir
sosegadamente sin sufrir apenas el azote de la erosión. Las cuarcitas somos
rocas duras de pelar y por eso vivimos tranquilas.
Varisca, la roca parlante.
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Varisca, la
“roca parlante” contempla como van pasando lentamente los siglos desde su
privilegiada morada a orillas del Río Sorbe, entre las localidades de Zarzuela
de Galve y Umbralejo. Esta última localidad es un pueblo rehabilitado perteneciente
al CENEAM y es destinado a la educación ambiental de escolares.
Yolanda trabaja de monitora
en Umbralejo y al igual que el resto de sus compañeros, visita todas las
semanas a Varisca en compañía de sus 50 alumnos adolescentes. Una vez que
están allí, se sientan todos junto a la venerable Varisca y ella les cuenta la apasionante historia de su vida.
El presente relato de Varisca forma parte del Programa de
Educación Ambiental de Umbralejo y es leído durante la excursión guiada que
semanalmente se realiza desde Umbralejo al fondo del Valle del Sorbe.