En la Europa alpina se han
reconocido hasta un total de cuatro glaciaciones cuaternarias que la ciencia
decidió designar con el nombre de cuatro ríos de Baviera: Günz, Mindel, Riss y
Würm.
La
última de todas, la glaciación Würmeriense finalizó hace escasamente unos
10.000 años, dejándonos huellas perfectamente visibles en las más elevadas
cumbres de nuestra Cordillera Central.
Hay una serie de reglas
fundamentales que hemos de tener en cuenta para poder interpretar los
testimonios glaciares presentes en la Sierra de Ayllón. En primer lugar, dada
la posición tan meridional que ocupa la Península Ibérica, se estima que el
límite de fusión de las nieves durante aquel período glaciar se situaba para la
Sierra de Ayllón en torno a los 1900 metros de altitud.
Lo
cual significa que por encima de esta cota altitudinal toda la nieve que se
acumulaba permanecía de unos años a otros.
Si
tenemos en cuenta que los glaciares para su constitución precisan de, como
veremos más adelante, un área relativamente importante de acumulación de nieve,
ello nos conduce a montañas que se aproximen como mínimo a los 2100 metros de
altitud. Por lo tanto, en la Sierra de Ayllón tan sólo hubo glaciares en el
macizo de cumbres que rodean al Pico del Lobo (2274 mts.) y en la Sierra
Cebollera (2129 mts.).
Otro factor muy importante a tener
en cuenta es la relación directa entre la dirección de los vientos dominantes y
la propia orientación topográfica que presenten las altas montañas. El viento
barre la nieve recién caída y la va acumulando en grandes cantidades a sotavento;
es decir justo al lado contrario de donde procede el viento portador de las
precipitaciones en forma de nieve.
Los
vientos fríos y húmedos dominantes durante el período Würmeriense tuvieron una
marcada componente Noroeste-Oeste y es por ello por lo que, salvo en dos casos
excepcionales, todos los glaciares que hubo tanto en la Sierra de Ayllón como
en la vecina Sierra de Guadarrama, tienen una orientación Este (bien sea
Nordeste, Este o Sudeste).
No menos importante es el papel que
jugó la exposición a la insolación en el desarrollo de los antiguos glaciares.
La orientación Este e incluso Sureste de los glaciares ayllonenses,
condicionaba su desarrollo dada la fuerte exposición solar a la que se veían
sometidos. Este destacado factor limitante nos lo muestra el relieve actual con la asimetría que
presentan tanto sus circos glaciares como sus morrenas. Por así decirlo, el
espesor de estos glaciares no era uniforme en toda su superficie ya que buena
parte de la masa de hielo tenía una orientación de solana.
Pero, ¿como se forma un glaciar? La
nieve recién caída contiene mucho aire y su densidad es débil. Una vez que es
transportada por el viento y acumulada a sotavento, sufre varios
procesos de amontonamiento, fusiones y rehielos sucesivos que lo convierte en hielo
de nevé o nevero.
Si
tras muchos años el nevero no llega a fundirse, este se convierte en hielo
propiamente dicho y su densidad es mucho mayor. Y si tras muchos mas años
todavía los aportes de nieve continúan siendo importantes, el hielo comienza a
desplazarse mecánicamente como una gran masa y por lo tanto comienza a
erosionar y a moldear el relieve.
Llegados a este punto, es importante
definir a los glaciares de la Sierra de Ayllón. Estos eran glaciares de
circo; es decir que excavaron su área de alimentación pero no llegaron
apenas a descender por las laderas.
¿Y de que partes consta un glaciar de
circo y que huellas nos han dejado en el presente los extinguidos glaciares
ayllonenses?
a)
El circo glaciar es el área de acumulación de nieve y lo constituye una
depresión semicircular flanqueada por paredes rocosas abruptas.
b)
La presión del hielo arranca las rocas de los escarpes del circo y
dichas rocas a posteriori son desplazadas por la propia masa de hielo. Como
resultado, los escarpes suelen presentar agudas aristas rocosas.
c)
El fondo del circo es una cubeta de fondo plano o ligeramente excavada y
al ser el área de mayor excavación, alberga terrenos cenagosos y en
ocasiones lagunas.
d)
En dos circos glaciares del Macizo del Lobo y en otro de la Sierra Cebollera
hubo sendas lagunas glaciares. Dada su escasa profundidad, su proceso de
colmatación ha sido muy acusado y en la actualidad tan sólo se puede reconocer
una laguna glaciar bastante colmatada de sedimentos.
e)
En los glaciares de circo, la masa de hielo realizaba un corto desplazamiento y
depositaba las rocas que transportaba en una serie de acumulaciones de bloques
conocidas como morrenas terminales y cuya forma se asemeja a las pinzas
de un cangrejo ya que era el punto donde se frenaba bruscamente la lengua de
hielo depositando todo el material arrastrado. Las rocas transportadas por la
lengua de hielo eran moldeadas de tal manera, que en los depósitos morrénicos
que vemos hoy en día nos encontramos con cantos rodados similares a los de los
lechos de los ríos. Estas morrenas marcan el período de máximo avance glaciar y
en el cual, gracias al propio empuje del hielo, los glaciares descendieron
incluso por debajo del límite altitudinal de las nieves perpetuas.
f)
Tras este momento álgido, los glaciares ayllonenses comenzaron a retroceder
paulatinamente hasta su total desaparición. Su gradual retroceso es
perfectamente apreciable con la presencia de cortas morrenas glaciares de
retroceso, indicando cada morrena una etapa de retroceso glaciar
diferente.
En el Macizo del Lobo hubo un total de
cinco glaciares y en la Sierra Cebollera hubo otros dos. Como hemos mencionado
anteriormente, casi todos poseían una orientación Este, salvo el antiguo Glaciar
de Cerezo, sobre la estación de La Pinilla y de orientación Norte. En este
caso, los abruptos desniveles del Circo de Cerezo impidieron el arrastre
de la nieve a sotavento.
En la vertiente Este del Pico del
Lobo, hubo dos glaciares contiguos en los circos de Hoyos Duros y es
en donde podemos encontrar el mejor muestrario de geomorfología glaciar. En Las
Peñuelas hubo otro glaciar y especialmente significativo fue la presencia
de un glaciar en El Rocín, con una orientación muy de solana y a
relativa poca altitud. Sin duda, el viento del NW barría la nieve del Pico
del Lobo acumulándola en el Circo del Rocín.
Los dos circos glaciares contiguos de
la Sierra Cebollera, se encuentran sobre litología granítica y tienen muy bien
marcados los escalones de las sucesivas etapas regresivas del hielo. Uno de
ellos, el Glaciar de La Garganta, llegó a descender bastante por debajo
del límite de las nieves perpetuas.
Refiriéndonos precisamente al límite
altitudinal de las nieves perpetuas, en todas las montañas de la Sierra de
Ayllón que superaban los 1900 metros de altitud hubo igualmente importantes
acumulaciones de nieve, llegándose a formar hielo de nevé. Sin embargo
al contar estas montañas con menor altitud y/o diferente orientación, no se
llegó a acumular el volumen de hielo suficiente como para empujar la masa y
desplazarse por medio de una lengua.
Por
lo tanto no llegaron a ser glaciares propiamente dichos y no dejaron depósitos
de morrena, pero igualmente cuentan con circos de acumulación de nieve y
algunos de tamaño tan grande como los propios circos glaciares. Son los circos
de nevé o nichos de nivación (nichos glaciares). Destacan por su
tamaño y singularidad los de la Sierra Cebollera, los del Cervunal y El
Cerrón en el Macizo del Lobo, los de
La Buitrera y el Alto Parrejón en Tejera Negra y el
de la vertiente norte del Pico Ocejón.
CONCEPTOS
CLAVE:
-Última
glaciación cuaternaria o Würmeriense.
-Límite
de nieves perpetuas.
-Acumulación
de nieve a sotavento.
-Orientación
Este de los antiguos glaciares y exposición solar.
-Erosión
glaciar asimétrica.
-Hielo
de nevé.
-Glaciares
de circo.
-Circo
Glaciar.
-Escarpes
del circo.
-Cubeta
del fondo del circo.
-Lagunas
glaciares.
-Morrenas
glaciares terminales.
-Morrenas
en fase de retroceso.
-Nicho
de nivación (nicho glaciar).