Ocurre a menudo, que cuando recibes
unas visita lo primero que te comenta es…<<esta es otra provincia>>
a lo que suelo responder…<<vivimos en lo más al Sur del Norte>>. Y
no les falta razón, ya que la cuenca alta del Río Sorbe posee unas condiciones
climatológicas, botánicas, paisajísticas y de aprovechamiento antrópico, muy
diferentes a las del resto de territorios que abarca la comarca del Macizo de
Ayllón.
Pero, ¿Qué hace tan diferente a esta subcomarca
para que haya que recorrer muchos kilómetros hacia el Norte si queremos
encontrarnos con un espacio geográfico de características similares?
En primer lugar, la cabecera del Sorbe
se encuentra enmarcada de Noroeste a Sureste por un arco de sierras de pizarra
y cuarcita. Son las sierras de Tejera Negra (Pico Buitrera 2046
m .), del Robledal (Cerro
del Campo 1933 m .)
y del Alto Rey (Mojón Cimero 1823 m . y Santo Alto Rey 1858 m .).
Resulta
curioso el hecho de que estas alineaciones montañosas marcan la divisoria entre
las vertientes norte y sur de la Cordillera Central ,
pese a no coincidir con la línea de la divisoria de aguas de las dos submesetas
castellanas. Así pues, la cuenca alta del Sorbe forma parte a efectos botánicos
y climatológicos de la cara norte de la Cordillera y sin embargo, vierte sus aguas hacia la Submeseta Sur.
Oriundamente
este territorio vertía sus aguas hacia el Norte; hacia la Cuenca del Duero. Pero
finalmente, al Río Sorbe le resultó más
fácil el abrirse paso a través de las sierras paleozoicas situadas al Sur, antes
que hacerlo a través de las parameras cretácicas situadas al Norte y así es
como a día de hoy, este río vierte sus aguas hacia la Cuenca del Tajo.
A diferencia de lo que ocurre en el
resto de toda la vertiente norte de la Cordillera ; con un pronunciado descenso de las
laderas desde la línea de cumbres hasta las llanuras de la Cuenca del Duero (por
ejemplo en Riaza o en La Granja
de San Ildefonso), en el caso de la sierra del Alto Rey no existe tal
pronunciado descenso hacia la Submeseta
Norte. Como dijimos anteriormente, las aguas del Sorbe y sus
afluentes se encontraron con la paramera cretácica de la Sierra de Pela; una elevada
plataforma de caliza situada a 1400-1500 metros de altitud y cuyos pueblos circundantes
(Cantalojas, Galve de Sorbe, los Condemios, Campisábalos en plena paramera,
Grado del Pico…) se sitúan la mayoría de ellos a más de 1300 metros de altitud.
La primera consecuencia que tiene la existencia
de esta especie de “tapón natural” que conforma la paramera de la Sierra de Pela, frente a la
cara norte de las montañas, es el contribuir a generar un peculiar microclima
local marcado por rigurosos inviernos de frecuentes nevadas y veranos cortos y frescos.
Por así decirlo, una tierra elevada frente a una alineación montañosa.
Por otra parte, la Sierra de Tejera Negra en
particular, recibe los mayores aportes de precipitación de todo el Macizo de
Ayllón. La peculiar orientación de estas montañas, permite la entrada directa de
las masas de aire frío y húmedo procedentes del NW, al igual que la de los
vientos ábregos del SW. Estos últimos proceden del Atlántico y barren toda la
vertiente meridional de la Cordillera
Central.
Las nubes cargadas de humedad, se
quedan frecuentemente “enganchadas” en los cordales montañosos de Tejera Negra
y en menor medida en el cordal de la
Sierra del Alto Rey.
Si
tomamos como referencia la línea de cumbres de Tejera Negra, las precipitaciones
disminuyen paulatinamente hacia el Este y en las sierras del Alto Rey y la de
Pela, la vegetación se va continentalizando gradualmente; pasando de bosque de
hayas y robles a pinares silvestres.
El particular relieve de la cabecera
del Sorbe, unido a unas condiciones climatológicas específicas, favorecen la
destacada presencia en este territorio de especies de flora y fauna propia de
ambientes húmedos de carácter atlántico y/o alpino; en definitiva de especies
eurosiberianas a latitudes muy meridionales y de acusada continentalidad.
El
nivel superior de las cumbres de Tejera Negra, supone igualmente uno de los
límites meridionales para la asociación del brezo con arándano.
A
ello hay que sumar la presencia de bosquetes de Quercus petraea, tembloneras,
abedulares, tejedas, acebedas,…sin olvidarnos de la importancia que tienen las
formaciones de melojar húmedo.
Abruptos escarpes de Tejera Negra. Las elevadas precipitaciones y las frecuentes nieblas de relieve, permiten la presencia de unos bosques tan exigentes en humedad como lo son los hayedos |
En la vertiente norte de la Sierra del Alto Rey domina otra
formación de bosque eurosiberiano, pero ésta de ambientes más alpinos y por lo
tanto mas fríos y secos: el pinar silvestre. En dichos pinares abundan las
turberas y las comunidades de suelos temporalmente encharcados y en donde se
localizan importantes especies de flora amenazada.
La paramera de la Sierra de Pela es terreno
de eriales y de espinedas arbustivas, pero igualmente de pinares silvestres; salvo
que a diferencia de los anteriores, estos se desarrollan sobre suelo calizo.
Pinar eurosiberiano en la cara norte de la Sierra del Alto Rey a 1800 metros de altitud. El pino silvestre es una especie montana capaz de soportar fuertes nevadas y fríos intensos |
Y en el contacto entre la caliza de la Sierra de Pela y el silíceo
de las Sierras del Alto Rey y Tejera Negra, hay una banda longitudinal de
amplias vaguadas sobre suelos arcillosos y de areniscas. Es el entorno en donde
se localizan la mayoría de los pueblos
del Alto Sorbe y posee un paisaje único tanto a nivel comarcal como a nivel provincial;
con grandes extensiones de praderas, abundantes ríos y arroyos, cercados
tradicionales de piedra y una importante cabaña ganadera de vacuno y ovino.
Hay
toda una variadísima tipología de praderas: prados de siega, prados de diente,
prados húmedos, prados cervunales, prados higroturbosos,...e igualmente toda
una cultura asociada a la ganadería y a la siega de los prados.
No
menos importante es el valor paisajístico de estas praderas durante su floración primaveral y por supuesto su
valor ecológico, al contar con importantes especies de flora amenazada propia
de ambientes húmedos eurosiberianos.