Aún
en la primera mitad de la década de los años 80 existían en las más altas
cumbres de la Sierra
de Ayllón las nieves perpetuas. Recuerdos imborrables de mi infancia son
aquellos dos neveros en las inmediaciones del Pico de la Buitrera o aquellos otros
tres del Pico del Lobo (dos en las fuentes del Berbellido y otro sobre La Pinilla ). Se trataba de
manchas puntuales de nieve de un espesor lo suficientemente importante como
para conseguir sobrevivir todo el verano hasta volver a alimentarse de nuevo
con las nevadas del comienzo del otoño.
Y si nos remontamos un poco más en
el tiempo, a la década de los años 60 y anteriores, te cuentan los mayores de
Cantalojas que en aquellos tiempos cuando se trillaba en agosto se veían desde
el propio pueblo, algunas grandes manchas
de nieve en las cumbres de La
Sierra.
En estos últimos treinta años, la inexorable
disminución de las precipitaciones unido a un incremento de las temperaturas
medias (especialmente durante los meses estivales), han propiciado la desaparición
de los últimos neveros perpetuos tanto de la Sierra de Ayllón como de otras sierras circundantes:
Guadarrama, Demanda, Urbión,…
Así
en la actualidad, en torno al 15 o 20 de julio, terminan por derretirse los últimos
ventisqueros del Pico del Lobo. Aunque esta circunstancia fluctúa
considerablemente de unos años a otros según haya sido el volumen de
precipitaciones en forma de nieve a lo largo del invierno y según sean de altas
las temperaturas durante los meses de mayo y junio. Así por ejemplo, el pasado
año 2013 la última mancha de nieve desapareció el 15 de agosto y otros años sin
embargo este hecho se produce en torno al 20 de junio.
Si algo caracteriza a los neveros o
ventisqueros es que pese a desparecer en verano, todos los años se forman en
los mismos lugares y lo único que varía anualmente son sus metros de espesor,
en función de cómo hemos comentado anteriormente, el volumen de las nevadas
invernales y de lo elevadas que sean las temperaturas en el último tramo de
la primavera.
Es
como si tuvieran vida propia y perfectamente podríamos cartografiarlos y
medirlos anualmente. De hecho, algunos de ellos incluso tienen nombre propio.
Los neveros o ventisqueros son
aquellos lugares de las cumbres de las montañas en donde año tras año se
acumulan los mayores espesores de nieve y suelen coincidir con las cornisas de
los circos y nichos glaciares. No es nieve propiamente dicha, sino nieve de nevé; es decir un estadio
intermedio en la formación del hielo y por lo tanto posee una mayor dureza que
la nieve al encontrarse mucho más compacta, fruto de la continua acumulación de
nieve (ver entrada del blog de enero de
2014).
Los neveros por lo general tienen
forma estrecha y alargada y suelen estar adosados a las paredes verticales de
los circos y nichos glaciares. Presentan unos espesores de hielo muy variables,
aunque por lo general su espesor medio es de dos a tres metros. Una pronunciada
grieta, también llamada rimaya, separa a los neveros de los escarpes de roca
adyacentes.
Si existe un nombre apropiado para
designar a los neveros es precisamente el de ventisqueros ya que su origen se debe a la importante acumulación
de nieve que tiene lugar a sotavento de
los más elevados cordales montañosos. El viento predominante del Noroeste barre
la nieve recién caída y la acumula principalmente en la parte superior o cornisas de los circos glaciares
situados en la cara Este de las montañas. De hecho la mayor parte de los circos
y nichos glaciares de la Sierra
de Ayllón presentan orientaciones Este o Sureste.
Cuando en verano la nieve desaparece por
completo de las montañas aun así podremos saber perfectamente donde se
encontraban los neveros. El color más claro de la tierra e incluso de las propias
rocas y la escasa presencia de vegetación nos delatan donde se han estado acumulando
los mayores espesores de nieve.
No obstante, un ventisquero crea su
propio nicho ecológico y si bien es cierto que en la parte superior de los
neveros la vegetación es escasa, no ocurre lo mismo en la base o parte inferior
de los mismos. El hielo se va derritiendo poco a poco y siempre desde la parte
inferior del ventisquero. En este punto, la tierra se encuentra muy empapada y
además el propio nevero ha estado protegiendo al suelo durante largos meses de
las inclemencias meteorológicas de la alta montaña: frios intensos, fuerte
viento, elevada insolación,… Cuando se derrite un ventisquero, en la parte
inferior del mismo se produce una muy rica y variada floración de especies
propias de la alta montaña. Se trata de flores muy llamativas y de gran tamaño;
auténticas especialistas de la alta montaña tales como la Gentiana lutea, el
Senecio pyrenaicus, el Doronicum carpetanum, el Polygonum alpinum…
Otra faceta destacada de los neveros fue
su aprovechamiento económico en aquellos tiempos en los cuales todavía no
existían frigoríficos en las viviendas. En la vecina Sierra de Guadarrama, dada
la gran proximidad a la urbe de Madrid,
se trazaban caminos carreteros hasta la base de los neveros y se construían
cercados de piedra rodeándolos para retrasar su fusión. El hielo era
transportado en carros hasta la ciudad y estos ilustres neveros cuentan incluso
con nombre y apellidos: el Ventisquero de
la Condesa ,
el Ventisquero del Algodón,…
Los neveros de la Sierra de Ayllón los
podemos encontrar en los tres macizos de cumbres donde se superan los 2.000 metros de
altitud y la inmensa mayoría de los mismos se localizan en la cara Este de las
montañas. Hay muchos neveros pero los más destacados son:
En la Sierra Ocejón , la
última mancha en fusionarse es la del Nevero
de Peñas Verdes, situado en el
Cerro del Campo y dada la orientación meridional de la Sierra del Ocejón se suele
derretir hacia el 15 de mayo.
En la Sierra de Tejera Negra destacan el Ventisquero del Pico del Granero, que suele derretirse hacia el 1
de junio y tres ventisqueros que hay en las inmediaciones del Pico de La Buitrera (el Alto Cervunalillo) y que suelen
permanecer hasta el 15 junio. Dos de ellos incluso eran neveros perpetuos en
los años 80, como pude constatar personalmente en varias ocasiones; con
espesores de hasta 2 metros
a finales del mes de julio.
En el Macizo del Lobo dada su mayor
altitud, es en donde hay mas neveros e igualmente son los últimos en fusionarse.
Hacia el 1 de julio se derriten los dos últimos neveros del Cerrón.
Aproximadamente por esas fechas se derriten también los tres ventisqueros principales
del circo de Las Peñuelas, los cuatro de los circos glaciares de la Sierra Cebollera ,
los tres de La Buitrera
de los Lobos y el del circo del Cervunal. Hasta el 10 julio suele aguantar el último
ventisquero del Circo Glaciar de Cerezo, sobre La Pinilla (este igualmente
era un nevero perpetuo) y hasta el 20 de julio suelen hacer lo propio los dos
ventisqueros principales del Pico del Lobo. Estos son los 2 últimos en
derretirse y todavía a primeros de julio se les puede ver a kilómetros de
distancia (por ejemplo desde Albendiego o algunos años incluso desde Humanes). Los
ventisqueros superior e inferior del Lobo son los de mayor tamaño de toda la comarca e igualmente antaño
eran neveros perpetuos. Son los únicos que poseen ya una entidad similar a la de
los neveros de Peñalara, la
Cuerda Larga o el Pico Urbión y uno de ellos incluso aporta
agua de fusión a una turbera situada en su base.
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